La teoría del Aprendizaje Intencional desarrollada por la Copehu está inspirada en la filosofía y psicología de Silo; una visión filosófica para la que el ser humano, la superación del dolor y el sufrimiento de todos los seres humanos, son el valor máximo; una concepción psicológica que ve a la conciencia humana no pasiva, ni simplemente reactiva; sino activa, creativa, intencional.
Así, consideramos al niño, no una esponja que absorbe pasivamente los datos que le dan, o un disco duro vacío que hay que llenar con la información y los programas que se suponen son los correctos; sino como un ser activo, pensante, sensible y actuante, capaz de transformar al mundo y a sí mismo. Un ser que viene a la vida con una misión, irrepetible e intransferible, en dirección humanizadora. Y es tarea de los educadores y la comunidad que lo acoge, poner las mejores condiciones posibles para facilitar al niño, futuro joven, el cumplimiento de esa misión.
Se trata entonces de un nuevo paradigma integral que posibilite el desarrollo pleno del individuo: físico, emocional, intelectual y espiritual, en función social. Estamos hablando de una educación para un sujeto del aprendizaje activo, un ser intencional que aspira a crecer como ser humano en su posibilidad de transformar el mundo y gestar su propia trascendencia; al tiempo que intenta materializar socialmente la intuición de que el progreso será para todos o no será para ninguno.
